Hoy les quiero hablar de dos joyas de la arquitectura. Il Duomo de Florencia y de Milan aportan en común su estilo gótico, pero la diferencia entre estas impresionantes catedrales italianas es evidente. Ambas son un verdadero símbolo de su ciudad y mantienen una imaginaria lucha de poder por ser la más emblemática y bella de Italia. Juzguen ustedes mismos y decidan, si pueden.
CATEDRAL DE SANTA MARIA DE FIORE-DUOMO DE FLORENCIA
Las obras de Brunelleschi son todas significativas, pero si hay que destacar una entre todas ellas es, sin duda, la cúpula de Santa María de Fiore, catedral de Florencia. Se enfrentó en esta obra al reto que supone trabajar sobre algo ya hecho. No sólo existía ya el Campanile de Giotto, verdaro emblema del orgullo ciudadado, sino que de la catedral tan sólo quedaba por hacer la cúpula, de la que incluso las medidas estaban ya dadas.
De la cúpula se puede decir que toma forma ese deseo de asimilar la imagen de Florencia a la de la antigua Roma, pues se busca un paralelismo con la cúpula del Panteón. En 1463 se acabó la cúpula y fue bendecida oficialmente por el Papa Eugenio IV.
En definitiva, un edificio emblemático del que el escritor Rafael Alberti dijo: “amplia como para cubrir con su sombra todo el pueblo toscano”.
CATEDRAL SANTA MARIA NASCENTE – DUOMO DE MILAN
Por derecho propio, el Duomo de Milan dedicado a Santa María Nascente, es el orgulloso símbolo de esta hermosa ciudad. Mucho se ha hablado y mostrado sobre la construcción de este templo, que figura entre los más grandes del mundo. Este gigante de la arquitectura tiene innumerables bellezas de las que podría hablar pero quizás nos podríamos detener en el colorido de sus famosos vitreauxs, a través de los cuales pasa la luz externa, tiñendo de diferentes tonalidades las seis naves y sus numerosas columnas.
No se conoce exactamente quién fue el encargado de su diseño y construcción y aunque diferentes en cuanto colorido y composión, no tienen nada que envidiar a los también famosos vitreaux de Notre Dame de París o de la Saint Chapelle.
Los pináculos y capiteles que adornan el maravilloso y abigarrado del tejado del Duomo de Milan, catedral de catedrales, son de una belleza y profusión increibles.
Como está permitido el acceso al tejado se puede caminar entre pináculos que terminan en estatuas, gárgolas trabajadísimas y adornos de difícil factura que hablan por si sólos de la magnificencia del proyecto.
El punto más alto del exterior del templo es la Madonnina, obra del escultor Giusseppe Perego, realizada en el año 1774.
Desde este techado es impresionante la vista que se obtiene de la hermosa ciudad de Milan.
juliansaba
marzo 12, 2014 at 8:35 am
Reblogueó esto en Le Journal of Jhulle Katz Raynauld.
masfa61
marzo 12, 2014 at 11:58 am
Buen artículo. Efectivamente son totalmente distintas y sin embargo con gran personalidad ambas. Particularmente prefiero la de Florencia porque me parece más alejada de lo nuestro. No sé por qué, pero me parece más oriental. La arquitectura árabe siempre me ha fascinado por su ritmo y su equilibrio.
Buen artículo.
pilar221b
marzo 12, 2014 at 12:05 pm
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado.